¿Dolor sin fin? ¡De ningún modo! Cómo he superado la traición de mi marido.

Mujer traicionada¡Jamás podría haberme esperado regresar a casa un día y descubrir a mi marido en la cama con otra! Quedé completamente atónita. ¡No podía ser cierto! Siempre he pensado que estas cosas le suceden a los otros, ¿pero a mí? No lograba comprenderlo. Fue necesario un tiempo para que lograra reaccionar. Luego, sin embargo, encontré un romance para mí misma, y esto me calmó mucho…

 

Mi marido, el traidor – cómo lo descubrí

Sucedió así: salgo del trabajo antes de lo normal, regreso a casa, me dirijo a la cocina. Encuentro la caja de un pastel de chocolate. Esto me deja estupefacta (yo odio los pasteles de chocolate en general, y mucho más las que vienen en caja), pero no pienso mucho en el asunto. Luego, de pronto, les oigo. A ellos dos. La habitación principal se halla sobre la cocina.

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Lo sé, lo sé: en las películas en este punto la mujer traicionada se enfurece, irrumpe en la habitación, grita como si la estuvieran estrangulando, lanza a su rival fuera de la casa y luego también al marido, ¡pero sólo luego de gritarle de todo! Al final, destruye sus vestimentas y todos los objetos que él ama.

 

Cómo he reaccionado yo: he fingido no saber nada

Mi caso ha sido distinto. Simplemente me quedé allí, escuchando hasta que no oí más nada. En ese punto imaginé que habrían terminado. Por lo tanto, me marché, para que no se dieran cuenta de nada. En retrospectiva, debo admitir que es extraño que me sintiera como una intrusa en mi propia casa. Como si no tuviera el derecho de encontrarme allí. Más tarde regresé en mi horario normal, como si no hubiera sucedido nada. Le dije a mi marido que había salido antes del trabajo, por lo que había ido a tomar un café con una amiga. Más tarde sentí la necesidad de limpiar la casa y lavar las sábanas, incluso las de los niños. Desde ese momento en más, obviamente tuve una percepción completamente distinta de mi propia casa. Sé con certeza que ella es rubia y creo que él la ha llevado a nuestra cama durante al menos seis meses después de aquel día.

 

¿Descargarse con deportes? ¡Ni hablar!

Algunas semanas más tarde, después de haber encontrado restos de pastel de chocolate, finalmente me enfadé. Pero me enfadé feo. Toda la rabia que hasta el momento había permanecido adormecida dentro de mí desbordó como un río. Antes de ese momento, estaba como paralizada. Como si el mundo se hallara lejos mío y nada fuera real. Como si esta traición no fuera un tema mío, sino una historia nebulosa de veracidad incierta; algo sucedido a una conocida. Recuerdo que, a partir del día en que descubrí la traición, tenía un mal de estómago constante. Luego, cuando finalmente me enfurecí, se me pasó. Me inscribí en un curso de boxeo, porque tenía la sensación de que necesitaba reaccionar de algún modo. Quería evitar a toda costa un enfrentamiento con mi marido, por nuestros hijos. Lamentablemente, el curso de boxeo fue una decepción total. No me llevaba bien con las otras mujeres, y en el vestuario me sentía completamente perdida.

 

Traicionar por mi parte me ha hecho sentir bien

Luego, un día vi en la televisión la publicidad de una de esas agencias de infidelidad en línea. Desde ese momento, todo escaló velozmente. Investigué un poco y me decidí por Ashley Madison. Especifiqué qué aspecto tengo, mi edad, dónde vivo y qué buscaba. Describí a mi amante ideal de forma más específica de lo que habría imaginado. He podido decidir todo: edad, físico, color de cabello, color de ojos, estilo de vestimenta, preferencias sexuales, y demás. Dos días más tarde me encontré con el primer tío. Era decididamente sexy, pero sinceramente también un poco estúpido. Pero ahora había tomado el gusto. Busqué un poco más y encontré a otro hombre. Comenzamos a vernos asiduamente. No puedo decir con certeza si una historia paralela encontrada en Internet es lo ideal para todos. Sólo puedo decirte que, personalmente, me ha calmado muchísimo. Ha disipado mi rabia y me ha dado una sensación de justicia y satisfacción. Después de un tiempo tuve el coraje para transmitir mensajes subliminales a mi marido. Por ejemplo, dejando lencería fina en distintos sitios de la casa y pasando la noche fuera sin avisar o dar explicaciones. Creo que el momento en el que mi marido comprendió que tenía una aventura, fue también el momento en el que puso fin a la suya.

 

Moral de la historia: aún estamos casados

Estoy segura de que mi marido aún se siente culpable por haberme traicionado. De otro modo, habría dicho algo respecto a mis obvias aventuras. Pero jamás hablamos abiertamente del tema. Algún tiempo después de que él dejó de traicionarme, yo también dejé de hacerlo. Hoy en día somos mucho más respetuosos y atentos el uno con el otro. Incluso si en un inicio yo me sentía muy enfadada, ahora ya no me siento triste de que me haya engañado. Y de hecho, no me siento culpable por haberme vengado, porque en un cierto modo acabó por mejorar nuestro matrimonio.