¿Engañar al propio compañero por venganza?

¿Engañar por venganza? ¿Vale la pena tener en cuenta esta idea? ¿Por qué no? Si lo ha hecho él/ella por qué no puedo hacerlo yo.
 

De 100 a 0

¿Te has encontrado alguna vez en una situación de pareja en la que te han engañado? Por qué siempre cuando parece que una relación o un matrimonio va a mejor, improvisadamente se traiciona. No se puede entender y se cae en la trampa. Te sientes furioso, triste y te encuentras mal.

A las múltiples preguntas sobre el por qué, sobre cómo, por qué razón, no logras encontrar una respuesta. Apenas se descubre la relación o el engaño de la pareja, todas las relaciones y matrimonios acaban.

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Además de la ira y los innumerables llantos, estos son momentos en los que se busca venganza. La pareja debe ver lo que te ha hecho. Honestamente, que el compañero sufra es como un bálsamo para el alma. Si fuera así, ciertamente el pensamiento de engañar o de vivir una aventura de una noche se te ha pasado ya por la cabeza.

Los sentimientos heridos crean siempre ideas extrañas. Te sientes engañado/a, traicionado, insomne y como si se hubieran reído de ti. Se ponen en duda todas las cosas comunes, los sentimientos, la experiencia y las situaciones.

 

El límite de la venganza

Sin embargo ¿Tiene que ver la infidelidad con los sentimientos? No siempre. Se puede simplemente. por una vez, dejarse llevar, quizá incluso hacer cosas que de otro modo el sentido del pudor lo prohibiría o cosas exclusivamente físicas. Un gran amor no se centra en las sensaciones que suelen limitarse a las cuestiones físicas. No encierra ninguna obligación, es solo puro disfrute. Quizá solo la fascinación de la novedad.

Una persona que ha sido engañada, especialmente se siente infeliz y se pregunta a menudo por qué le ha ocurrido a ella. Qué tiene el otro/la otra que yo no tengo. ¿No soy lo suficiente atractiva? Para el otro/a falta algo en la relación de lo que ni siquiera se ha dado cuenta. Se cae simplemente de 100 a 0 – del paraíso a la nada. Sobre todo si tal situación se repite una segunda vez, se pone en duda no solo la confianza, sino incluso a sí mismo. Debido a la traición es, por una cosa u otra, una solución real y factible para encerrarse u olvidar demasiados pensamientos. Miles de preguntas, a las que a duras penas encontramos respuesta, o que incluso no se tiene el coraje de revelar. Después de asumir el golpe, se desea la venganza por lo que ha hecho el otro/a. Ella/él debe sentir el mismo infierno tal y como acaba de hacer.

Tal vez este es un modo de olvidar el propio dolor y sentirse deseado/a. Además un posible flirteo en internet no se excluye de la venganza. Seguramente te hará bien y no tiene nada que ver con el amor. Si te resulta placentero y deseable en este momento, si sientes una cierta satisfacción interior, al final en semejantes situaciones se pierde con frecuencia el desprecio por el engaño, se relativiza, y por respeto a la propia conciencia también puede servir de vez en cuando para culpar a la pareja completamente de sus propias acciones.

 

Arriba o abajo – cómo continúa todo

A fin de cuentas, en estas situaciones, se decide si continuar la relación existente o no. Tal vez el engaño a aumentado más la confianza en sí mismo/a hasta el punto de que la separación no será tan dolorosa, o tal vez se vuelve a encontrar más cerca de la pareja y simplemente ambos gozan de lo prohibido. Con frecuencia, nunca habrías pensado anteriormente que numerosas personas que condenaban la infidelidad, ahora han introducido nuevas estratagemas en sus relaciones gracias a la traición. Simplemente, en la vida se cambia de manera continua, y las perspectivas se valoran desde diversos puntos de vista.

Si el engaño por venganza es correcto o equivocado, cada uno deberá valorarlo por sí mismo. Depende también de cómo se afronta la humillación, el ser herido, y la circunstancia en sí de haber sido engañado. Quizá el mejor modo es, entonces, “la venganza” o “pagar con la misma moneda”para no verse abrumado por las dudas y volverse medio loco/a.